6. Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara, y le dijo:— ¡Rápido!, toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas.
7. Después Abrahán fue corriendo a la vacada, tomó un becerro tierno y cebado y se lo dio a su sirviente, que a toda prisa se puso a prepararlo.
8. Cuando el becerro ya estuvo a punto se lo sirvió acompañado de leche y requesón. Mientras comían, Abrahán se quedó de pie junto a ellos, debajo del árbol.
9. Ellos le preguntaron:— ¿Dónde está Sara tu mujer?Abrahán respondió:— Ahí, en la tienda.
10. Uno de ellos le dijo*:— El año próximo volveré sin falta a visitarte, y para entonces Sara, tu mujer, habrá tenido un hijo.Mientras tanto, Sara estaba escuchando a la entrada de la tienda, a espaldas del que hablaba.
11. Abrahán y Sara ya eran ancianos, entrados en años, y Sara ya no tenía sus períodos menstruales.
12. Por eso Sara no pudo contener la risa al pensar en sus adentros: “¿Ahora que ya estoy seca voy a tener placer con un marido tan viejo?”.
13. Pero el Señor dijo a Abrahán:— ¿Cómo es que Sara se ha reído pensando que una mujer tan anciana no puede dar a luz?
14. ¿Acaso hay algo imposible para el Señor? El año que viene por estas fechas volveré a visitarte y Sara habrá tenido un hijo.
15. Sara tuvo miedo, y lo negó diciendo:— Yo no me he reído.Pero el Señor le replicó:— Sí que te has reído.