6. Le plantearon la cuestión para ponerlo a prueba y encontrar así un motivo de acusación contra él. Jesús se inclinó y se puso a escribir con el dedo en el suelo.
7. Como ellos insistían en preguntar, Jesús se incorporó y les dijo:— El que de ustedes esté sin pecado que tire la primera piedra.
8. Dicho esto, se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo.
9. Oír las palabras de Jesús y escabullirse uno tras otro, comenzando por los más viejos, todo fue uno. Jesús se quedó solo, con la mujer allí en medio.
10. Se incorporó y le preguntó:— Mujer, ¿dónde están todos esos? ¿Ninguno te condenó?