6. Llegaron a Galaad y al país de Jodsí*; luego llegaron a Dan y de allí giraron hacia Sidón.
7. Después llegaron a la fortaleza de Tiro y a todas las poblaciones de los jeveos y los cananeos. Finalmente se dirigieron al sur de Judá, llegando hasta Berseba.
8. Así recorrieron todo el país y, al cabo de nueve meses y veinte días, regresaron a Jerusalén.
9. Joab entregó al rey las cifras del censo de la población: en Israel había ochocientos mil guerreros, diestros con la espada; y en Judá, quinientos mil.
10. Después de haber hecho el censo de la población, a David le remordió la conciencia y dijo al Señor:— He cometido un grave delito haciendo esto. Ahora, Señor, perdona la culpa de tu siervo, pues he sido muy insensato.
11. A la mañana siguiente, cuando David se levantó, el Señor dirigió al profeta Gad, vidente de David, este mensaje:
12. — Ve a decir a David: “Esto dice el Señor: Te propongo tres castigos; elige uno de ellos y yo lo llevaré a cabo”.
13. Gad fue a ver a David y le dijo:— ¿Qué prefieres: siete años de hambre en tu territorio, tres meses de huida perseguido por tu adversario, o tres días de peste en tu territorio? Piénsatelo y decide qué debo responder a quien me ha enviado.
14. David respondió a Gad:— Me pones en un gran aprieto. Pero es preferible caer en manos de Dios, por su gran compasión, a caer en manos humanas.
15. El Señor envió la peste sobre Israel, desde aquella mañana hasta el plazo fijado, y desde Dan hasta Berseba* murieron setenta mil personas del pueblo.
16. Cuando el ángel extendía su mano para castigar a Jerusalén, el Señor se arrepintió del castigo y dijo al ángel que aniquilaba a la población:— ¡Basta ya! ¡Retira tu mano!El ángel del Señor estaba junto a la era de Arauná, el jebuseo.
17. Cuando David vio al ángel exterminando a la población, dijo al Señor:— ¡Soy yo el que he pecado, yo soy el culpable! ¿Qué ha hecho este rebaño? ¡Descarga tu mano contra mí y contra mi familia!