1. Escucha mis palabras, oh Señor; considera mi lamento.
2. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque es a ti a quien oro.
3. Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración a ti, y con ansias esperaré.
4. Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el mal no mora contigo.
5. Los que se ensalzan no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que hacen iniquidad.
6. Destruyes a los que hablan falsedad; el Señor abomina al hombre sanguinario y engañador.