6. y el Señor le respondió:
7. «Las hijas de Selofhad tienen razón. Asígnales una porción de tierra entre los hermanos de su padre, y que la herencia de su padre pase a ellas.
8. Di además a los israelitas que si alguien muere sin dejar hijo varón, su herencia pasará a manos de su hija;
9. pero si no tiene ninguna hija, dejará su herencia a sus hermanos;
10. y si no tiene hermanos, dejará su herencia a los hermanos de su padre.
11. En caso de que su padre no haya tenido hermanos, dejará su herencia a su pariente más cercano. Ésta será una ley para los israelitas, tal como yo te lo he ordenado a ti.»
12. El Señor le dijo a Moisés:—Sube a este monte de Abarim, y mira la tierra que les he dado a los israelitas.
13. Después que la hayas visto, morirás y te reunirás con tus antepasados, como tu hermano Aarón,
14. ya que ustedes dos desobedecieron mis órdenes en el desierto de Sin cuando el pueblo me hizo reclamaciones, y no me honraron delante de ellos cuando pidieron agua. (Esto se refiere al manantial de Meribá, en Cadés, en el desierto de Sin.)
15. Y Moisés dijo al Señor:
16-17. —Dios y Señor, tú que das la vida a todos los hombres, nombra un jefe que se ponga al frente de tu pueblo y lo guíe por todas partes, para que no ande como rebaño sin pastor.
18. El Señor respondió a Moisés:—Josué, hijo de Nun, es un hombre de espíritu. Tómalo y pon tus manos sobre su cabeza.