52. ¿A cuál de los profetas no maltrataron vuestros antepasados? Y mataron a quienes habían anunciado la venida de aquel que es justo; y ahora que este justo ha venido, vosotros lo habéis traicionado y lo habéis matado.
53. Vosotros, que recibisteis la ley por medio de ángeles, no la habéis obedecido.”
54. Al oir estas cosas, se enfurecieron y rechinaron los dientes contra Esteban.
55. Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.
56. Entonces dijo:–¡Mirad, veo los cielos abiertos y al Hijo del hombre a la derecha de Dios!
57. Ellos se taparon los oídos, y dando fuertes gritos se lanzaron a una contra él.
58. Lo sacaron de la ciudad y lo apedrearon; y los que hacían de testigos contra él, dejaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo.
59. Mientras le apedreaban, Esteban oró diciendo: “Señor Jesús, recibe mi espíritu.”
60. Luego se arrodilló y gritó con voz fuerte: “¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!”Habiendo dicho esto, murió.