14. En seguida los hermanos hicieron salir a Pablo hacia la costa, en tanto que Silas y Timoteo se quedaban en Berea.
15. Los que acompañaban a Pablo fueron con él hasta la ciudad de Atenas, y luego regresaron con instrucciones de que Silas y Timoteo se reunieran con él lo antes posible.
16. Mientras Pablo esperaba a Silas y Timoteo en Atenas, se sentía muy disgustado al ver que la ciudad estaba llena de ídolos.
17. Discutía en la sinagoga con los judíos y con otros que adoraban a Dios, y discutía igualmente cada día en la plaza con los que allí se reunían.
18. También algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos comenzaron a discutir con él. Unos decían:–¿De qué habla ese charlatán?Y otros:–Parece que es propagandista de dioses extranjeros.Decían esto porque Pablo les anunciaba la buena noticia acerca de Jesús y de la resurrección.
19. Entonces le llevaron al Areópago, el lugar donde acostumbraban a reunirse en consejo, y le preguntaron:–¿Se puede saber qué nueva enseñanza es esta que nos traes?
20. Nos hablas de cosas extrañas y queremos saber qué significan.
21. Porque todos los atenienses, y también los extranjeros que vivían allí, solo se interesaban por oir y comentar las últimas novedades.
22. Pablo, levantándose en medio de ellos en el Areópago, dijo:“Atenienses, por todo lo que estoy viendo, sois gente muy religiosa;
23. porque mirando los lugares donde celebráis vuestros cultos, he encontrado un altar que tiene esta inscripción: ‘A un dios desconocido’. Pues bien, de ese Dios que vosotros adoráis sin conocerlo, es del que yo os hablo.
24. “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él, es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por los hombres
25. ni necesita que nadie haga nada para él, pues él da a todos la vida, el aire y todo lo demás.
26. “A partir de un solo hombre hizo él todas las naciones, para que vivan en toda la tierra; y les ha señalado el tiempo y el lugar en que deben vivir,
27. para que busquen a Dios, y quizá, como a tientas, puedan encontrarle, aunque en verdad Dios no está lejos de cada uno de nosotros.