1. Esto es muy cierto: el que aspira al obispado, a un buen trabajo aspira.
2. Por eso, es menester que la conducta del obispo sea irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. Debe ser hospitalario y apto para enseñar.
3. No debe ser borracho ni amigo de peleas, sino bondadoso, pacífico y desinteresado.