12. y le dijo:–Ponte esos trapos bajo los brazos, para que las sogas no te hieran.Jeremías lo hizo así.
13. Entonces los hombres tiraron de las sogas y lo sacaron de allí. Después de esto, Jeremías se quedó en el patio de la guardia.
14. El rey Sedequías mandó que llevaran ante él al profeta Jeremías, a la tercera entrada del templo. Allí el rey le dijo:–Voy a hacerte una pregunta, y quiero que me contestes con toda franqueza.
15. Jeremías le respondió:–Si contesto a la pregunta, Su Majestad me mandará matar; y si le doy algún consejo, no me hará caso.
16. Pero, en secreto, el rey Sedequías hizo este juramento a Jeremías:–Te juro por el Señor, que nos dio la vida, que no te mandaré matar ni te entregaré en manos de los que quieren matarte.
17. Jeremías dijo entonces a Sedequías:–El Señor todopoderoso, el Dios de Israel, dice: ‘Si te entregas de una vez a los generales del rey de Babilonia, tú y tu familia salvaréis la vida, y esta ciudad no será incendiada.
18. Pero si no te entregas a ellos, los caldeos se apoderarán de la ciudad y le prenderán fuego, y tú no podrás escapar.’
19. Sedequías respondió:–Tengo miedo de los judíos que se han pasado a los caldeos; si caigo en sus manos, me torturarán.
20. Jeremías contestó:–Pero Su Majestad no caerá en sus manos. Obedezca Su Majestad, por favor, a la voz del Señor, que yo le he comunicado, y le irá bien y salvará la vida.
21. El Señor me ha hecho ver lo que pasará si Su Majestad se empeña en no rendirse:
22. todas las mujeres que queden en el palacio del rey de Judá serán entregadas a los generales del rey de Babilonia, y ellas mismas dirán:‘Los mejores amigos del reylo engañaron, lo vencieron,dejaron que los pies se le hundieran en el lodoy le dieron la espalda.’
23. Jeremías continuó diciendo al rey:–Todas las mujeres y los hijos de Su Majestad serán entregados a los caldeos, y Su Majestad no escapará de ellos, sino que será entregado al rey de Babilonia, y prenderán fuego a la ciudad.