13. Yo soy el Dios que se te apareció en Betel, donde tú consagraste la piedra y me hiciste una promesa. ¡Vamos!, levántate y vete de aquí. Regresa a la tierra donde naciste.’ ”
14. Entonces Raquel y Lía le contestaron:–Nosotras ya no tenemos herencia alguna en la casa de nuestro padre.
15. Al contrario, nos trata como si fuéramos extrañas. ¡Hasta nos vendió, y se aprovechó de lo que le pagaste por casarte con nosotras!
16. En realidad, toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Así que haz todo lo que Dios te ha dicho.
17-18. Jacob se preparó para regresar a Canaán, donde vivía su padre Isaac. Hizo montar a sus hijos y a sus mujeres en los camellos, tomó todo lo que tenía y se puso en camino con todos los animales que había recibido por su trabajo en Padán-aram.
19. Mientras Labán estaba en otra parte, trasquilando sus ovejas, Raquel le robó los ídolos familiares.
20. Así fue como Jacob engañó a Labán el arameo, no diciéndole que se iba.
21. Escapó con todo lo que tenía. Muy pronto cruzó el río Éufrates, y siguió adelante hacia los montes de Galaad.
22. Tres días después, Labán supo que Jacob se había escapado.
23. Entonces, acompañado de sus parientes, salió a perseguirle, y siete días después le alcanzó en los montes de Galaad.
24. Pero aquella noche Dios se apareció a Labán el arameo en un sueño, y le dijo: “Escucha, no hables a Jacob con brusquedad.”
25. Labán alcanzó a Jacob en los montes de Galaad, donde Jacob había acampado. Allí mismo acampó Labán con sus parientes,